sábado, 5 de diciembre de 2015

FACEBOOK Y PROFESIONALES DE LA SALUD

¿Qué profesionales sanitarios no tienen su perfil en una red social, como Facebook? Cada vez menos.

Uno de los primeros problemas que se nos planteará en las redes sociales es el peligro del acceso a la privacidad y a la intimidad de lo publicado en caso que nuestro perfil de Facebook fuera buscado por nuestros pacientes. Y puede generar un dilema ético en su relación con los pacientes, debido a la confusión de las esferas pública y privada. Mientras que en el mundo real hay veces que estas esferas pueden coincidir temporalmente y a todos nos ha pasado encontrarnos con pacientes en lugares insospechados en nuestros momentos de ocio fuera de la consulta; pero el mundo virtual y en particular las redes sociales nos plantean otros escenarios.

Evidentemente creemos que la respuesta es que cada profesional ha de ser libre de elegir a sus amigos independientemente de que sean o no pacientes. Siempre teniendo en cuenta que como profesionales sanitarios somos figuras con cierta relevancia para los ciudadanos a quienes ofrecemos atención y sobre todo en atención primaria, con la longitudinalidad en el conocimiento mutuo, se establecen relaciones que van más allá del contacto puntual profesional. Es frecuente que los pacientes se interesen por temas no íntimos de nuestra vida privada (nuestros gustos, aficiones, estado civil, hijos, lugar de vacaciones, etc.) y habitualmente podemos compartir esta información a lo largo de los años de contacto mutuo. Las redes sociales, y sobre todo Facebook, hacen que estemos situados en el mismo plano y que por lo tanto podamos ser buscados y encontrados. Las redes sociales hacen que, si se estableciera una relación, ésta sería en un mismo plano para ambos participantes, con lo que la distancia terapéutica podría verse dañada. Además el problema es que en esta red social compartimos información privada que incluye fotografías, datos más personales, gustos y aficiones y participaciones o conversaciones en un tono coloquial que a veces es muy diferente al que mantenemos en nuestra esfera profesional. Utilizamos forrmas diferentes ya que nos movemos en espacios diferentes. Todo ésto puede afectarnos en nuestra esfera profesional.
¿Qué pasaría si un paciente nos enviara una solicitud de amistad a través de Facebook?. ¿cómo tenemos los médicos estructurado nuestro perfil de Facebook? Esta pregunta se la realizó un grupo de estudio francés que, a través de una serie de encuestas a residentes y jóvenes médicos del Hospital Universitario de Rouen, ofrece unos resultados muy clarificadores.1
Se trata de una encuesta realizada a 405 residentes y jóvenes médicos de ese hospital en la que se les preguntaba si tenían perfil en Facebook, cómo tenían configurada su privacidad, con qué frecuencia era utilizado, si subían fotos al mismo, si estaban identificado con una foto y su nombre real y si ofrecían información privada.
Del total de la muestra respondieron 202 participantes; 147 (73%) tenía un perfil en Facebook. Este dato no es llamativo ya que la totalidad de los encuestados eran médicos jóvenes y Facebook es una red social ampliamente extendida.
Entre los respondedores, 138 (99%) mostraba su nombre real en su perfil, 136 (97%)  su fecha de nacimiento, 128 (91%) una fotografía personal, 83 (59%) su universidad actual y 76 (55%) su posición actual. Estos resultados tampoco son verdaderamente alarmantes ya que la mayoría tenemos un perfil personal real (al menos en el inicio de la red, aunque cada vez hay más perfiles con nombres falsos o modificados para evitar la localización), es decir la mayoría de los encuestados ofrecían información suficiente para ser localizados por parte de sus pacientes.
Si un paciente les hiciera una solicitud de “amigo”, 152 (85%) participantes negaría la solicitud de forma automática, 26 (15%) decidirían de forma individual dependiendo del paciente que hiciese la solicitud y ninguno de ellos la aceptaría automáticamente.
Ochenta y ocho participantes (48%) afirmó que la relación médico-paciente se alteraría si los pacientes descubrieran que su médico tiene una cuenta de Facebook, pero 139 (76%) consideró que esta relación cambiaría sólo si el paciente tuviera un acceso abierto y completo a los datos privados de su médico independientemente del contenido de los mismos.
Las razones para aceptar a un paciente como amigo incluyeron una sensación de afinidad y el temor a perder a ese paciente si se negaba la solicitud. La necesidad de mantener una distancia profesional o la sospecha de que el paciente estaba interesado en una relación amorosa, fueron los principales motivos de rechazo.
"La disponibilidad pública de información sobre la vida privada del médico puede poner en peligro la confianza mutua entre médico y paciente si éste tiene acceso a información que no está destinada a él. Creemos que ni médicos ni pacientes deben buscar información del otro en la web", reconocen los autores del ensayo.
Los médicos "deben ser conscientes de que los comentarios y fotos publicadas en la Red pueden ser malinterpretados fuera de su contexto original y no reflejar con exactitud sus opiniones y su comportamiento real de la vida", añaden.
De hecho, "los residentes frecuentemente usan Facebook y publican gran cantidad de información personal sin utililizar las medidas de protección de su privacidad". Por todo ello, llaman la atención sobre la necesidad de hacer una reflexión "sobre las implicaciones de internet en el rol tradicional de los médicos".
Para evitar todos estos problemas, la misma red de Facebook nos da otra forma de estar presentes en esa red sin que la comunicación fuera bidireccional: las páginas de Facebook.
Las páginas de Facebook permiten una comunicación bidireccional pero sin invadir la privacidad de cada una de las personas. De esta forma un perfil (persona) puede acceder al contenido de una página (institución, colectivo, grupo o persona individual con un proyecto), participar de sus contenidos, crear comentarios e interactuar con otros perfiles (personas). Ninguno de los perfiles que visitan o interaccionan con una página tienen por qué estar conectados entre sí de forma que se pierde el principio de Facebook “los amigos de mis amigos son mis amigos”.
La forma de seguir a una página ya no es tan personal como el seguimiento entre dos perfiles y por ello se cambia el sentido de “amigo” por el “me gusta”.
Así en una página de Facebook:
  1. Podemos participar interaccionando con el contenido expuesto en la página y con otros visitantes.
  2. Se mantiene todas las acciones que podemos hacer con otro perfil. Publicar contenido, comentar contenido publicado o crear debates entre personas(perfiles).
  3. Ninguno de los participantes ni el propietario de la página tienen acceso a nuestro perfil (a no ser que lo tengamos abierto y público) por lo que los filtros de privacidad que hayamos establecido se mantienen.



1Estudio publicado en   'Journal of Medical Ethics' 





sábado, 28 de noviembre de 2015

¿QUÉ ENTENDEMOS POR NETWORKING?

¿QUÉ ENTENDEMOS POR NETWORKING?


En la actualidad se oye con frecuencia la palabra “networking”. Es un término que significa algo más que la interconexión de diferentes ordenadores que están conectados en red. El vocablo de origen sajón podría traducirse literalmente en lengua española por «redeando», o más acertadamente por trabajo en red, o mejor aún: “gestión de la red de contactos”


Según la definición de algunos diccionarios de prestigio y enciclopedias podríamos traducirlo por:
  • Según el diccionario Collins:
    1. sistema de líneas que se comunican, las carreteras, venas, etc.
    2. La interconexión de un grupo o sistema, una red de seguidores.
    3. Un grupo de estaciones de radiodifusión que transmiten todas el mismo programa al mismo tiempo.
    4. Un sistema de elementos interrelacionados o circuitos, radio o televisión, para difundir un programa en una red.
  • Según la enciclopedia Larousse: «Interconexión de personas con los mismos intereses».


Según Adam J. Kovitz, Presidente y fundador de The National NetworkerCompanies (TNNC), su definición de networking es: «Un intercambio de información entre un individuo y otro o un grupo con el propósito de:
  • Hacer negocios.
  • Adquirir conocimientos sobre alguna especialidad.
  • Buscar empleo.
  • Hacer comprender compartiendo información y conocimiento.
  • Buscar amistad.
  • Solucionar problemas.
  • Buscar amor.»
Por su brevedad y amplitud conceptual yo me quedo con la definción de Gwen Rhys, directora y fundadora de “Networking Culture Limited” que define networking como:
«La creación de redes de contacto y negocios es el proceso de construcción, cuidado y aprovechamiento de las relaciones con el fin de maximizar las oportunidades para usted y para otros.»

En efecto, el networking es algo más que el simple intercambio de información en una red, implica una interrelación con una ganancia mutua y a largo plazo.